martes, 25 de septiembre de 2001

El Colesterol

Dr. Bernabé Galán. Medico de Familia. Fuente Palmera

Desde hace unos años, la palabra colesterol entra dentro de la jerga común de los españoles. Raro es el día que no la oímos o la pronunciamos, casi siempre en relación al estado de salud de alguien o el propio. Podemos decir que este vocablo amenaza a muchas personas, les inquieta e incluso les ha hecho a mas de uno cambiar sus hábitos de vida, sus actitudes, su manera de relacionarse, etc.

El miedo que se tiene a las grasas, los lípidos o al colesterol puede crear ansiedad si no se sabe a qué es a lo que hay que temer.

Los lípidos son un componente fundamental de nuestro organismo, ya que forman parte de la estructura de las membranas celulares, son una fuente de energía para nuestro cuerpo, algunos son precursores de hormonas o vitaminas y también porque forman parte de las vainas de los nervios

A veces oímos decir que no se puede abusar de las grasas saturadas y que hay que tomar las insaturadas. Esto puede armarnos un gran lío. Sin embargo, los lípidos son un componente fundamental de nuestro organismo, formando la pared de las células. Por eso, en este artículo vamos a hablar de las grasas y sus distintos tipos, y en que alimentos se suelen encontrar.

Hay distintos tipos:
1. Ácidos grasos que pueden ser:
- Saturados. De origen animal como el cerdo, el cordero, los fiambres, el tocino, la mantequilla, los quesos grasos y la nata.
- Insaturados: presentes en el pollo sin piel, los pescados
- Monoinsaturados: del aceite de oliva
- Poliinsaturados: de origen vegetal como los aceites vegetales vírgenes (sin calentar), los frutos secos y los aguacates.
2. Acilglicéridos: monoglicéridos, triglicéridos etc
3. Colesterol. Típico de la yema de los huevos, los sesos, menudillos, mariscos
4.Otros: fosfolípidos, esfingolípidos.

El problema es que también participan en el proceso de la arteriosclerosis. Lo fundamental es que exista un equilibrio entre todas las variantes, favoreciéndose los lípidos menos predispuestos a la arteriosclerosis (menos aterógenos).

Además de los lípidos, hay que considerar las proteínas que los transportan (lipoproteínas) y los hacen solubles en sangre. Su desequilibrio también puede favorecer la arteriosclerosis. Las lipoproteínas son grandes moléculas que envuelven a los lípidos insolubles y los transportan desde el intestino al hígado y desde el hígado a los tejidos. Se clasifican en función de los lípidos que transportan y de su densidad.

Los quilomicrones son los más pesados transportan la grasa que comemos desde el intestino al hígado. En el hígado se transforman en distintos tipos VLDL, IDL, LDL y finalmente las HDL captan el colesterol depositado en los tejidos y lo lleva al hígado donde se reutiliza o se elimina en la bilis. El colesterol es más aterógeno cuando va unido a unas lipoproteínas que a otras.

Es conveniente, por todo ello, que la dieta tenga una composición equilibrada. Se recomienda que las grasas aporten del 20-30 % del total de calorías del día. La mitad pueden ser grasas saturadas, una cuarta parte o más monoinsaturadas y otra cuarta poliinsaturadas.

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