martes, 25 de enero de 2005

De cómo el ejercicio físico mejora la vida de los ancianos

Dr. Bernabé Galán Sánchez (Médico de Familia de Fuente Palmera)

En el presente artículo trataremos de dar unos datos y algunos consejos a las personas mayores y a sus cuidadores al objeto de hacer mas agradable sus vidas, a la par que proteger y promocionar su salud.

Se habla mucho en los últimos tiempos acerca del consumo de medicamentos, y hay mucha polémica sobre los medicamentos genéricos y sobre los precios de referencia las medicinas que prescribimos los médicos y que toman nuestros pacientes.

En estudios realizados recientemente se ha descubierto que tres de cada diez ancianos mayores de 70 años sufren caídas que están asociadas al consumo de fármacos, fundamentalmente antihipertensivos, antidepresivos y ansiolíticos. Este estudio ha sido dirigido por la Dr. Estrella Castro Martín y se presentó el mes pasado en Sevilla en el marco del XXIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).

Según dicho estudio, estas caídas, que se registran por individuo al menos una vez al año, se concentran durante la mañana, en el propio domicilio y se asocian al número de fármacos consumidos, ya que la ingesta de medicamentos es mayor en los ancianos que sufren caídas.

De igual forma, el estudio revela que estas caídas aumentan el riesgo de desarrollar dependencia en este segmento de edad, si bien apunta a que, a partir de los 65 años, prácticamente la mitad de la población tienen alguna dificultad, leve o moderada, para realizar algunas actividades cotidianas.

Sin embargo, y también se demostró y presentó en el mismo Congreso, el ejercicio físico fomenta el "envejecimiento activo", esto es envejecer participando de todo lo que le ofrece la sociedad. Esto conlleva además a una situación en la que se reduce el riesgo de desarrollar dependencia, al tiempo que mejora la calidad de vida.

En concreto, estos facultativos aseguraron que bastaría que consiguiésemos que los pacientes caminaran todos los días 30 minutos para reducir el riesgo de dependencia. Por este motivo, se insiste en la necesidad de inculcar esta cultura saludable en el paciente anciano, que representa más del 90% de las visitas que los médicos de Atención Primaria realizamos a domicilio. Se ha demostrado además que el ejercicio físico practicado de manera regular mejora la salud y la calidad de vida en estos ancianos, mejorando el nivel cardiovascular, ya que se experimenta un incremento del colesterol HDL, un descenso del colesterol LDL y una estabilización de la tensión arterial.

Pero es que además de mejorar la calidad de vida, el ejercicio reduce los costes sanitarios, ya que el efecto positivo de la práctica deportiva en las personas mayores es doble, tanto física como psicológicamente. En el ámbito físico previene las caídas y mejora su funcionalidad, mejora su calidad de vida y reduce los costes sanitarios; y en el psicológico aumenta el estado de ánimo y favorece las relaciones personales. Vemos que en muchos municipios, los patronatos de deporte ofertan cada vez un mayor número de programas de actividades dirigidos a las personas mayores: actividades fáciles y sencillas, como bailes de salón, natación, piscina, caminar o cualquier otra actividad realizada al aire libre, favorecen la práctica de ejercicio en las personas mayores de una forma atractiva y divertida. Sin embargo, hay que tener cuidado con la práctica de deportes en esas edades, ya que a medida que se envejece aumenta la incidencia de diversas enfermedades, como el riesgo coronario, la diabetes, la osteoporosis..., lo cual obliga a adaptar el ejercicio al estado de salud de cada individuo.

En las personas mayores se puede distinguir entre dos tipos de grupos: el de aquellos que han tenido experiencia en la práctica habitual de deporte y los que no. Algo muy importante es la labor del médico de atención primaria, que es el que está más en contacto con el paciente, en coordinación con el médico especialista de la actividad física y del deporte, para invitar e indicar a la personas mayores qué tipo de ejercicios les convienen y desarrollar un programa específico para cada uno. Según los especialistas en Medicina del Deporte, parte de los problemas en la movilidad o en el quehacer diario de los ancianos, están causados más por acortamientos musculares que por enfermedades degenerativas como la artrosis. Con la recuperación de la elasticidad mejora la calidad de vida de forma espectacular.

En el aspecto mental, el ejercicio, aunque sea poco intenso, como caminar unas horas a la semana, parece mantener en forma el cerebro de las personas de edad avanzada. En estos estudios que así lo demuestran se concluye que las personas mayores que caminan al menos dos horas semanales tienen menos probabilidades de desarrollar demencia a lo largo de un período de 6-8 años. La muestra escogida fue 2.257 personas de origen japonés que viven en Hawai, de 71 a 93 años de edad al inicio del estudio, y se ha comprobado que la actividad física moderada se asocia a una reducción del riesgo de demencia del 80%. Otro estudio realizado con una muestra de 18.000 mujeres de 70 a 81 años, evaluó la relación entre el ejercicio físico y la capacidad de aprendizaje y memoria. Concluye que la práctica de actividad física se asocia a una mejor puntuación en los tests que evalúan la función mental.

Hay que añadir que se ha demostrado también en otros estudios que el ejercico reduce el riesgo de depresión en ancianos. Se revisaron los casos de 1.947 personas que participaron en el estudio. Todos ellos tenían entre 50 y 94 años de edad en el inicio de la investigación, y fueron seguidos durante 5 años. Durante el estudio, se examinó los efectos de la actividad física sobre la depresión. Los resultados muestran que conforme se incrementa la actividad física se protege de la depresión por unos 5 años. Además reduce el riesgo de estar deprimido en un 10% y el riesgo de convertirse en una persona deprimida en un 17%.

Por lo tanto, podemos concluir que el ejercicio físico además de beneficiar la vida de los ancianos la protege. Se ha publicado recientemente un estudio de investigadores holandeses que demuestra cómo el ejercicio físico puede reducir hasta un 30% el riesgo de mortalidad individual en personas de edad avanzada. Señalan que caminar o ir en bicicleta, durante al menos 20 minutos 3 veces por semana, se asocia una significativa reducción del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o por cualquier causa. Los resultados muestran que casi la mitad (46,5%) de los individuos evaluados murieron a lo largo de los diez años en los que se desarrolló el estudio. Tras ajustar otros parámetros -consumo de alcohol, tabaco, enfermedad cardiovascular, etc.-, observaron que entre los varones que desarrollaban más actividad física, el riesgo de morir en ese plazo de tiempo era un 30% inferior respecto a los que practicaban menos ejercicio.

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